Bogotá.- El presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (bvc), Juan Pablo Córdoba, acaba de lanzar una serie de SOS al observar que el país está muy atorado para encontrar el camino de salida a la profunda crisis que generó el Covid 19.
La primera alerta que dio es que “la situación fiscal es muy grave. Creo que debemos abordar el tema con mucha seriedad, no es momento para la politiquería. Lo responsable sería reconocer la magnitud del problema y la necesidad de poner en marcha un programa integral, de varios años, que genere un norte claro y explicarlo muy bien para que la población lo entienda, lo acepte y le genere ilusión hacer parte de él”.
Por este motivo, Córdoba dio su apoyo irrestricto a la Reforma Tributaria 3.0: “la propuesta del Gobierno es responsable y muy equilibrada”.
La profunda crisis actual “exige que aceleremos el proceso de vacunación y asegurar la sostenibilidad fiscal. Sin estos dos elementos, cualquier esfuerzo que se haga se agotara en pocos meses y entraremos en un círculo vicioso de más contagio, más cierres de la economía, más pobreza y más crisis fiscal. El Estado se va a quedar sin con que ayudar a la población”, fue otro de los SOS que lanzó el presidente de la bolsa.
A continuación reproducimos la entrevista relámpago que concedió el presidente de la bvc:
¿Cómo ve la discusión de la reforma fiscal?
La situación fiscal es muy grave. Creo que debemos abordar el tema con mucha seriedad, no es momento para la politiquería. Lo responsable sería reconocer la magnitud del problema y la necesidad de poner en marcha un programa integral, de varios años, que genere un norte claro y explicarlo muy bien para que la población lo entienda, lo acepte y le genere ilusión hacer parte de él.
¿Cómo ve las propuestas que han venido saliendo para peluquear la propuesta del Gobierno?
La propuesta del Gobierno es responsable y muy equilibrada. Tiene componentes de ingresos permanentes importantes, algunos ingresos transitorios para apoyar el recaudo en el corto plazo que son explicables por la situación tan crítica que vivimos y una propuesta ambiciosa de apoyo a los más vulnerables.
Es necesario enfatizar que lo que se necesita es una fuente permanente de ingresos adicionales para corregir el desbalance estructural del Gobierno y el mayor peso de la deuda. Propuestas mediáticas de unas pláticas para pagar los algunos gastos de este año no ayudan y crean la ilusión de que hay soluciones fáciles. No hay soluciones fáciles. Esas posturas desvían la atención del tema de fondo. Se necesitan recursos adicionales permanentes de al menos 1.5% del PIB y ese debe ser el foco de la discusión.
Pero muchos argumentan que no es el momento
Eso es entendible porque todos estamos sufriendo las consecuencias de esta pandemia. Nadie lo escogió, pero es lo que nos está tocando vivir y un liderazgo responsable es aquel que ve más allá de la coyuntura y propone una visión colectiva para que juntos lleguemos al otro lado. Eso, en el caso de Colombia, desafortunadamente, incluye recuperar la sostenibilidad de las finanzas públicas y generar confianza hoy en la capacidad de nuestro Estado de pagar sus obligaciones a futuro.
Lo mejor que podemos hacer por los pobres, la población vulnerable, los desempleados, los emprendedores es crear las condiciones para que la economía se recupere y rápido. Esto exige que aceleremos el proceso de vacunación y asegurar la sostenibilidad fiscal. Sin estos dos elementos, cualquier esfuerzo que se haga se agotara en pocos meses y entraremos en un círculo vicioso de más contagio, más cierres de la economía, más pobreza y más crisis fiscal. El Estado se va a quedar sin con que ayudar a la población.
Esto lo tienen que entender nuestros líderes en el Congreso y la gente. No hay una salida fácil y en consecuencia no debemos hacer creer a la gente que podemos salir de ésta sin sacrificios adicionales. Pero para que una propuesta así tenga aceptación en la sociedad también tiene que haber un compromiso del Estado de recorte de gasto superfluo, lucha contra la corrupción y en general un mensaje de que los recursos de la gente son sagrados y que se gasta con cuidado, con austeridad y con prioridades claras.
Pero entonces, ¿qué se debe hacer?
La propuesta del Gobierno es un buen punto de partida. Por supuesto que hay elementos de ésta que no les gustan a unos grupos, otros que no les gustan a otros y eso es entendible pues al ser integral y abordar los temas difíciles, exige sacrificios y compromisos. Creo que el Congreso y los partidos políticos sin duda la pueden mejorar, pero de una manera constructiva que es lo que necesita el país. Destruir la propuesta sin ofrecer alternativas serias, no es responsable.
El Congreso no puede seguir en ese discurso facilista de pedir más gasto pero negarse a más impuestos o a la venta de activos. Eso no es ni serio ni consistente y hace creer a la gente que la cosa no es con ellos. Aquí todos tenemos que poner de una forma u otra, incluido moderando nuestras demandas de gasto al Estado.
Le pongo el ejemplo de la venta de activos. Si el Gobierno no tiene suficientes ingresos para pagar sus gastos, podría por ejemplo salir a vender una parte importante de sus activos para disminuir la deuda y aliviar el flujo de caja futuro por pago de intereses. Pero habría que hacerlo en serio: vender 30% de Ecopetrol y vender ISA. Eso le daría al gobierno 30 billones o 40 billones para reducir deuda y bajar la carga de intereses en unos tres billones al año. ¿Pero dónde está el respaldo político para hacer algo así?
¿Así de grave es la cosa?
Sí, así de grave es. Se requieren todas las medidas al tiempo y eso exige un acuerdo político amplio. Tenemos que vender activos y pronto, aumentar los ingresos de manera permanente, reducir el gasto y contener la voracidad burocrática. Todo hay que hacerlo al tiempo y rápido. Ahora bien, la entrada en vigencia de las medidas sí puede ser gradual, pero construir esa visión integral creíble que asegure la sostenibilidad de las finanzas públicas es urgente y para que tenga la credibilidad que se necesita, lo que requiere ley, debería quedar consignado en una ley con compromisos futuros.
Si no se despeja la incertidumbre sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas, el proceso de recuperación de la economía que todos queremos y que es la solución definitiva a las necesidades de la gente no se va a poder dar y como sociedad, le habremos fallado a la población. Esa es la magnitud del reto y la responsabilidad que tenemos entre manos. No es momento para jugar.
¿Cómo le iría al mercado de capitales con la reforma?: lo bueno, lo malo y lo feo.
Para el mercado de capitales y para el país lo principal es despejar las dudas sobre la sostenibilidad fiscal. A todos lo que nos conviene es que haya confianza y que la tasa de interés sea lo más baja posible, para asegurar la recuperación económica.
Claro que en la propuesta hay cosas que no son ideales como el impuesto al patrimonio y la sobrepasa en renta. Pero en la medida en que son temporales y ayudan a construir ese todo que se necesita, tenemos que apoyarlas.