Bogotá.- Compañía de Créditos Rápidos S.A.S. (marca RapiCredit) comenzó a recorrer el camino de la expansión regional, adelantando conversaciones con potenciales aliados en Brasil y Centroamérica, que busca concretar durante el 2022.
La empresa también acaba de concretar una suscripción de acciones ordinarias.
Así lo afirmó Daniel Alfredo Materón Osorio, presidente y cofundador de esta fintech.
En los próximos meses, según el ejecutivo, quien cuenta con 61 años y nació en Itagüí (Antioquia), la compañía llegará este año a dos millones de créditos otorgados, desde 1,2 millones de transacciones.
En promedio, según añadió, los clientes contratan cinco operaciones anuales, a través del sistema digital de la plataforma.
Respecto al negocio de medios digitales de servicios financieros, el Informe ‘Future Unicorns in Fintech’, publicado por Globaldata, afirma que existen 50 startup fintech con el potencial de convertirse en en el mundo en unicornios (valorización de más de US$1.000 millones).
Además, revela que en el último trimestre de 2021 se invirtieron US$27.000 millones en alrededor de 650 acuerdos a nivel mundial.
En Colombia, el impacto no ha sido menor, pues en los últimos dos años el país pasó del cuarto al tercer puesto en tamaño de sistema fintech regional, según la consultora Finovista.
También la expansión logró hacer que cerca del 50% del top 20 de las empresas — según el informe ‘Estudio Top fintech en Colombia 2021’ — tenga operaciones en México.
Además, el 35% tiene presencia comercial en Brasil.
“El boom fintech, tanto en ampliación como en portafolio, se debe, entre varias razones, a la escalabilidad del negocio por su base digital”, sostuvo Materón.
Cabe señalar que RapiCredit tiene 82 empleados en Colombia y en el 2020 facturó $19.236 millones.
El objeto social de esta firma es el desarrollo de productos y servicios que promuevan la inclusión financiera y el acceso al crédito de las personas, así como de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Desde el 2014, opera plataformas electrónicas y ofrece productos y servicios apoyados en las tecnologías de la información y comunicación.
Por tanto, ayuda a reducir la brecha de acceso al crédito.
Sin embargo, no desarrolla actividades de intermediación o captación de dineros del público u otras actividades similares, que sean privativas de las instituciones financieras.