Bogotá. – Desde Europa, Colombia y Costa Rica se terminaron de cocinar las solicitudes, ante la Superintendencia de Sociedades, de las firmas Restcafé S.A.S. (Oma) y Franquicias y Concesiones S.A.S. (Frayco) para someterse a la ley 1116 del 2006 o de reestructuración.
El propietario del 100% de los derechos políticos y económicos de las acciones de Restcafé es la holding española Mastranto Enterprises S.L., bajo un contrato mercantil irrevocable de garantía con la Fiduciaria Bogotá S.A.
Por su lado, Mastranto Enterprises cuenta con inversiones de familias colombianas y de Mesofoods, que es un brazo del fondo de capital privado costarricense Mesoamérica Investments.
Entre tanto, Frayco es controlada directamente con vehículos de Mesoamerica Investments.
Este último fondo fue fundado por Luis Javier Castro, junto a Harry Strachan, hace 25 años.
Luis Castro también se ha desempeñado como consultor de la compañía estadounidense Bain & Company.
Y es integrante de la Junta Directiva de United Way Worldwide, que es la organización sin fines de lucro de capital privado más grande del mundo.
Impacto en la deuda
“Es un recurso legal que se adopta para proteger la continuidad del negocio y el empleo, y de esta forma seguir apostándole al país como lo hemos hecho durante las últimas cuatro décadas”, dijeron Retacafé y Frayco tras la petición a SuperSociedades.
Además, la inflación, el costo de los insumos, el aumento de las tasas de interés y el impacto en el consumo, las llevaron a tomar tal decisión con el objetivo de viabilizar las dos marcas.
En medio de ello, las empresas buscan cumplir las obligaciones con sus proveedores, acreedores y arrendadores.
Se dijo que los empleados de las empresas tendrán derechos y garantías frente al proceso y seguirán con el pago de salarios y prestaciones sociales.
Proceso corto
La normativa establece herramientas que aseguran la continuidad de las operaciones y la empleabilidad de las empresas en Colombia.
Con relación al trámite procesal aplicable a la reorganización empresarial, una vez sean admitidas, la deudora cuenta con un término de diez días para actualizar el inventario y el promotor designado, bien sea el representante legal o un auxiliar de la lista, tiene un término de dos meses para presentar los proyectos de calificación y graduación de créditos.
Posteriormente, del inventario y de los proyectos, se corre traslado por los términos de diez y cinco días, respectivamente, plazo dentro del cual, los interesados pueden presentar objeciones en ejercicio de su derecho de contradicción; y de estas se corre traslado nuevamente por un término de cinco días para que los interesados se pronuncien sobre las objeciones presentadas.
Luego de esa etapa, inicia un periodo de conciliación por un término de diez días y con su resultado, se cita a audiencia de resolución de objeciones, en la que el juez del concurso realiza el control de legalidad sobre las conciliaciones y allanamientos presentados por la deudora; y se pronuncia sobre las objeciones pendientes por resolver que no fueron ni conciliadas ni allanadas.
Cambios en Oma
Restcafé S.A.S. (Oma) concretó en abril pasado un plan anterior a la pandemia de la Covid-19, que consistía en el cierre de restaurantes y puntos de venta no rentables y la apertura de más instalaciones de arquitectura tipo barra.
Así las cosas, la empresa clausuró las puertas de su establecimiento en el tercer piso del centro comercial Salitre Plaza, al occidente de Bogotá, que por 23 años operó allí y fue deleite de familias, parejas y grupos de amigos, quienes disfrutaban de su variedad de platos a la carta, tanto a la hora del almuerzo como a las de las onces y la comida.
Por un tiempo, operó con un menú de corrientazos y solo cafetería, pero estos fueron pasos hacia el cierre.
La alta competencia en el lugar y cambios de los consumidores tras la pandemia habrían puesto también los ingredientes para la muerte del restaurante Oma de Ciudad Salitre y otros de la ciudad, como el del Centro Comercial Gran Estación, también al occidente de Bogotá.
Larga historia
Cabe recordar que Oma nació en la Carrera 15 con Calle 82, al norte de Bogotá, y este punto contaba, entre otros, con librería y venta de discos, discos compactos y casetes de música.
La marca nació en 1970 como la primera tienda café gourmet en Colombia, precisamente con ese local al norte de la capital del país, y como espacio de encuentro y tertulia.
La compañía tiene además un sistema tostado del grano (Toscafé), lo que le permite empacar sus propias líneas.
Desde el 2019, Restcafé además adelanta un plan de modernización para adecuarse a las nuevas generaciones y tendencias, en el que los cierres y reubicaciones de tiendas han sido notorios.
No obstante, la compañía conserva, entre otros, activos, el mobiliario y la identidad de marca (el nombre proviene de la palabra en alemán abuela y lo colocaron sus fundadores).
Los restaurantes Oma en centros comerciales como Unicentro y Bulevar Niza corrieron la misma suerte de Ciudad Salitre y Gran Estación (cerraron y quedaron solo instalaciones más pequeñas dentro de dichos puntos comerciales).
Altibajos en números
Tras los ajustes de los últimos años, Restcafé cuenta actualmente con 133 establecimientos en Colombia, es decir, 73 menos que en el 2019 (antes de la pandemia de la Covid-19), cuando tenía 206.
Por tanto, la nómina su redujo de 1.191 personas a 621 el año pasado (73% son mujeres).
En el 2019, la empresa registró ingresos operacionales por $131.401 millones.
Y el año pasado tuvo $72.228 millones, con un incremento de 42,2%, contra el 2021, cuando totalizaron $50.782 millones.
No obstante, el saldo en rojo persistió y el año pasado las pérdidas netas de la compañía sumaron $4.413 millones, aunque inferiores en $1.400 millones a las del 2021, que totalizaron $5.813 millones.
Por su lado, Frayco registró el año pasado ingresos operacionales por $120.545 millones ($75.324 millones en el 2021).
La cadena de hamburgueserías tiene 816 trabajadores , de los cuales 67% son mujeres.
Según registros de la compañía, cuenta con 156 restaurantes, barras en centros comerciales y locales a la calle.
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