Boston (Massachusetts).- Manuel Ramón Calderín Calderín, de 40 años, propietario de un negocio de chatarra en Barranquilla, fue encontrado hoy culpable por la Corte para el Distrito de Massachusetts de Estados Unidos de conspiración para lavar dinero y de realizar transacciones financieras de la organización narcotraficante liderada por Abdul Mauricio Harb Gómez, conocido como “El Señor de los Anillos”.
Desde octubre de 2016, hasta por lo menos marzo de 2022, o alrededor de esas fechas, en Massachusetts, Florida, California, Nueva York, Pensilvania, Puerto Rico, y a través de Colombia, Jamaica, la República Dominicana, Canadá y otros lugares, los 19 acusados, lavaron más de seis millones de dólares de los cárteles colombianos a través de los sistemas bancarios de Estados Unidos.
Finalmente se incautaron a la red un millón de dólares, cuentas bancarias corporativas, casi 3.000 kilogramos de cocaína, avaluados en más de 90 millones de dólares que incluyen: aproximadamente, 1.193 kilogramos de cocaína incautados en el mar, 60 millas al sur de Jamaica, en julio de 2019, así como 1.555 kilogramos de cocaína incautados en nueve contenedores de envío de chatarra en el puerto de Buenaventura, Colombia, en marzo de 2019.
“El Señor de los Anillos”, Abdul Mauricio Harb Gómez, el líder del engranaje, fue candidato a la Asamblea del Atlántico, avalado por el partido Centro Democrático, aunque, no logró la curul. Entre sus empresas en Barranquilla fueron identificadas Comercializadora Afa S.A.S. e Inversiones Ataco.
“El Señor de los Anillos”, Abdul Mauricio Harb Gómez
Como socios en las diferentes etapas fueron identificados Argiro de Jesús Velásquez Velásquez, también conocido como “El Viejo” y José Fernando Sánchez-Villanueva, alias “Picapiedra”, quienes participaron como proveedores de la cocaína.
Andrés Rached Farah, alias “Don Andrés” o “El Turco”; Óscar Iván Rodríguez Camargo, conocido como “El Mono”, Germán Millan Padilla, Yimmy Rafael Sánchez-Jiménez, “El Chiqui” y Jaime Humberto Mejía Bencardino actuaron como comisionistas de la llamada Bolsa de Pesos del Mercado Negro Colombiano (Bmpe).
Los colombianos Willian Faustino Acosta Calderín, José Aliro Abril-Sequera, Harold Antonio Ayala Pinedo y Manuel Ramón Calderín Calderín intervinieron como dueños de negocios que sirvieron de fachada para los giros a Colombia. Por ejemplo el colombo venezolano Manuel Ramón Calderín Calderín, hoy hallado culpable, recibió más de 300.000 dólares en transferencias electrónicas a su banco comercial.
Todos fueron capturados y han venido siendo enjuiciados en Estados Unidos: el colombiano Fernando Carlos Pertuz-Herrera, y los jamaiquinos St Devon Anthony Cover, Dennis Raymond Rowe y Seivright Donald Afflick, y los residentes de Florida Robert Hueton Colespring, Kimali St. George Myers, Dawnett Rochelle McGee y Dawnett Rochelle Mcgee eran mensajeros del dinero
Después de haber sido arrestado y liberado bajo condiciones en el Distrito Medio de Florida, el acusado Germán Millán Padilla hizo su aparición inicial en Boston el diez de mayo de 2022lo mismo que los acusados Dawnett Rochelle McGee, Kimali St Georges Myers y Robert Heuton Colespring hicieron su aparición inicial el 28 de junio de 2022. Después de ser arrestados en Jamaica, los acusados St Devon Anthony Cover y Dennis Raymond Rowe hicieron su aparición inicial en este distrito el ocho de julio de 2022 y fueron detenidos conforme a órdenes de detención voluntarias.
La organización internacional de lavado de dinero fue desvertebrada luego que uno de los involucrados en Massachusetts intentó comprar 20 kilos de cocaína a un agente encubierto: 12 involucrados fueron arrestadas el 26 de abril de 2023 en Colombia a pedido de Estados Unidos.
El 20 de octubre de 2016, le presentaron a un informante de la DEA a Mejía Bencardino, en Cartagena, Colombia y se grabó en audio y video. Durante la reunión, hablaron de la logística de recoger y lavar las ganancias de la actividad ilegal en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Específicamente, el señuelo sostuvo que podría recoger grandes cantidades de dinero a granel, facilitar el depósito de ese dinero en cuentas bancarias estadounidenses, y transferir electrónicamente esos fondos a cuentas bancarias provistas por Mejía Bencardino, quien declaró que él tenía acceso a contratos de lavado de dinero y se los daría. Durante la misma conversación, Mejía Bencardino dijo que él podía facilitar los pagos en Colombia del dinero provisto.
Durante la conversación grabada de los métodos que usarían en transacciones futuras de lavado de dinero, incluso el uso de códigos y símbolos durante las recolecciones de dinero, así como la necesidad de tener documentos corporativos y recibos falsos para todas las transferencias electrónicas hechas.
Después, Rodríguez Camargo, Harb Gómez, Farah, Sánchez Jiménez y Abril Sequera programaron y facilitaron las transferencias nacionales e internacionales de cantidades considerables de efectivo a granel, el cual ellos sabían que eran las ganancias de una actividad ilegal, a través de transferencias electrónicas y recolecciones de dinero en los Estados Unidos, Jamaica, España, Belice, la República Dominicana, Canadá y otros lugares.
La mayoría de las recolecciones de dinero usaba contraseñas verbales y números de serie en billetes de un dólar para confirmar las identidades e involucrar la entrega física de las ganancias a granel de las ventas de drogas de un coconspirador a un agente encubierto del orden público o a una fuente confidencial. Esas ganancias después fueron integradas en los sistemas financieros a través de depósitos en la cuenta encubierta y después fueron distribuidos a través de múltiples transferencias electrónicas programadas por los acusados.
Las ganancias eran finalmente pagadas en Colombia, incluso por Pertuz Herrera, Ayala Pinedo, Acosta Calderín y Calderín Calderín proporcionando documentación falsa para ocultar la verdadera índole de los fondos que eran transferidos de la cuenta encubierta a cuentas colombianas y estadounidenses y se tomaban múltiples medidas para garantizar que el efectivo a granel fuera repatriado de manera segura a sus propietarios en Colombia sin la detección de las autoridades del orden público.
El 17 de mayo de 2017, el señuelo de la DEA se reunió con Sánchez Jiménez en un restaurante en Bogotá. La reunión se grabó en audio y video. El encuentro originalmente se organizó con Harb Gómez, pero Harb Gómez envió a Sánchez Jiménez en su lugar. Durante la reunión, hablaron de la habilidad de para recibir dinero en cuentas en los Estados Unidos a través de depósitos en efectivo y transferencias electrónicas, la logística del lavado de dinero, el cubrir las transacciones electrónicas sospechosas con documentación falsa provista por los titulares de la cuenta, y realizar recolecciones de dinero. Sánchez Jiménez solicitó que el UC-1 le enviara por correo electrónico la información de pago y costo y solicitó que hablaran en clave, por ejemplo, diciendo que tenía una orden de 200 teléfonos, lo cual significaba US$200.000 dólares estadounidenses, sin usar la palabra «dinero».
EL MERCADO NEGRO DE CAMBIO DE PESOS DE COLOMBIA
1. Colombia es una de las principales fuentes del mundo de drogas ilegales, incluso cocaína y heroína. Cada año narcotraficantes colombianos generan miles de millones de dólares en ganancias de la venta de drogas. En los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia esas drogas se venden a cambio de efectivo, con frecuencia en denominaciones pequeñas.
2. Para que esta actividad ilícita sea realmente lucrativa, los narcotraficantes colombianos deben encontrar la manera de «lavar» esas inmensas cantidades de dinero en efectivo, es decir, para que se transfieran los fondos a un lugar y de una forma que los traficantes de drogas puedan usarlos y de una manera que evite la detección de las autoridades.
3. El Mercado Negro de Cambio de Pesos de Colombia (el Bmpe, por sus siglas en inglés) es uno de los principales métodos usados por los narcotraficantes colombianos para lavar sus ganancias de narcotráfico. El ardid básico del BMPE generalmente opera de la manera siguiente. En Colombia, un narcotraficante que tiene ganancias de narcotráfico generadas en los Estados Unidos y otros lugares fuera de Colombia se comunica con un tercero, al que generalmente se le llama «corredor de pesos», el que acuerda intercambiar pesos colombianos que él controla en Colombia a cambio de ganancias de narcotráfico en efectivo en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia. Una vez que se efectúa este intercambio, el narcotraficante, al haber recibido pesos colombianos en Colombia del corredor de pesos, efectivamente ha lavado su dinero, y está fuera del proceso del BMPE. Por otra parte, el corredor de pesos ahora debe hacer algo con las ganancias de la venta de drogas que ha adquirido fuera de Colombia para obtener más pesos para volver a comenzar el proceso del BMPE.
4. Para hacer eso, el corredor de pesos usa contactos en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia para recibir las ganancias de narcotráfico que ha comprado, con frecuencia programando que asociados delincuentes reciban las ganancias de narcotráfico en maletas o bolsas en la calle de los asociados de los narcotraficantes que controlan el dinero. Después de que el dinero es transferido físicamente, el corredor de pesos usa contactos adicionales en los Estados Unidos para hacer que las ganancias de narcotráfico entren al sistema bancario de los Estados Unidos. Para evitar la detección, a menudo esto se hace a través de depósitos de efectivo en cuentas bancarias en nombres de compañías o nombres individuales que tienen la intención de aparentar estar relacionadas con actividades comerciales legítimas o a través de múltiples depósitos de cantidades pequeñas de las ganancias de narcotráfico en distintas cuentas bancarias, las cuales posteriormente son consolidadas en cuentas más grandes tanto en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia. El corredor de pesos, todavía operando en Colombia, ahora tiene un fondo común de ganancias derivadas del narcotráfico en los Estados Unidos para vender a individuos o negocios en Colombia y en otros lugares que deseen dólares estadounidenses.
5. Hay personas en Colombia, tanto individuos como compañías, que tienen pesos para vender, de fuentes legítimas o ilegítimas, y que desean cambiar pesos colombianos por dólares estadounidenses a una tasa favorable y de tal manera que evite los requisitos estadounidenses y colombianos de información de cambio de divisas e ingreso, entonces compran los dólares de narcotráfico del corredor de pesos. Una vez que se cierra la transacción, el corredor de pesos entonces usa sus contactos en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia para transferir las ganancias de narcotráfico que ha acumulado del narcotraficante a dondequiera que el comprador de dólares le pida que los transfiera. Por lo tanto, a través del sistema del BMPE, las ganancias de narcotráfico con frecuencia terminan en las cuentas de individuos o compañías que parecen no tener participación directa en delitos de narcotráfico.
6. En la práctica, el proceso del BMPE a menudo implica a más de un corredor de pesos: en muchos casos, un corredor tiene la relación directa con los narcotraficantes en Colombia y tiene la responsabilidad básica del lavado del dinero de narcotráfico; un segundo corredor de pesos tiene los asociados delincuentes en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia que pueden recolectar y acumular las ganancias de narcotráfico y un tercer corredor tiene los contactos con personas y compañías colombianas que desean vender pesos por dólares a la vez que evitan los requisitos de declaración de ingresos y cambio de divisas adeudados a los gobiernos estadounidense y colombiano. Sin embargo, independientemente del número de intermediarios involucrados, el resultado del proceso del BMPE es el mismo: Se usan pesos colombianos en Colombia para comprar dólares estadounidenses del narcotráfico en los Estados Unidos y en otros lugares fuera de Colombia.
7. Las tres partes clave involucradas en el proceso del BMPE benefician: (a) el narcotraficante recibe pesos lavados; (b) el comprador de dólares adquiere dólares estadounidenses más baratos y evita los requisitos de tener que declarar el cambio de divisas y de ingresos en los Estados Unidos y Colombia y (c) el corredor de pesos obtiene una ganancia de la diferencia en las tasas de cambio que usa para comprar y vender los dólares de la droga durante el proceso de cambio de divisas no oficial. Mientras tanto, el proceso del BMPE frena los esfuerzos realizados por los Estados Unidos, Colombia y otros gobiernos alrededor del mundo para hacer cumplir los requisitos de declaración de ingresos y cambio de divisas, para recaudar impuestos, aranceles y derechos adeudados, y mantener la integridad de sus instituciones financieras.
EL PAPEL DE MANUEL CALDERÍN CALDERÍN
En octubre de 2023, Manuel Ramón Calderín Calderín, recibió más de 300.000 dólares en transferencias electrónicas a su banco comercial, fue acusado de conspiración para lavar dinero y de realizar transacciones sustantivas de lavado de dinero.
Después de recibir los fondos, retiró el dinero de su cuenta para pagarlo en Colombia a los propietarios. Además, Calderin Calderin también creó facturas falsas para enmascarar la verdadera fuente de los fondos y evadir los protocolos contra el lavado de dinero.
El 19 de abril de 2023 la Corte Suprema de Justicia de Colombia emitió concepto sobre su solicitud de extradición formulada por el Gobierno de los Estados Unidos de América a través de su Embajada en Colombia.
En la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito de Massachusetts, el 16 de marzo de 2022, se le dictó Acusación en el caso No. 22cr10060 por delitos relacionados con «lavado de activos y concierto para delinquir».
Según esa acusación de octubre de 2016 hasta por lo menos marzo de 2022, o alrededor de esas fechas, los miembros del concierto para delinquir aceptaron contratos para programar que las ganancias del narcotráfico fueran recolectadas y transferidas, a través de una serie de recolecciones (dentro y fuera de los Estados Unidos) y transferencias electrónicas de fondos, a proveedores de drogas en Colombia, Sudamérica.
Se confabularon entre ellos y con otros conocidos y desconocidos por el gran jurado para:
(a) llevar a cabo y tratar de llevar a cabo transacciones financieras, a saber, la entrega física de efectivo a granel y transferencias electrónicas de dinero, sabiendo que los bienes involucrados en tales transacciones representaban las ganancias de alguna forma de actividad ilegal especificada, los cuales de hecho implicaban las ganancias de la actividad ilegal especificada, es decir, narcotráfico, y sabiendo que las transacciones estaban diseñadas en su totalidad y en parte para ocultar y disimular la índole, la ubicación, la fuente, la titularidad y el control de las ganancias de la actividad ilegal especificada, en contravención de la sección 1956(a) (l)(B)(i) del título 18 del Código de los Estados Unidos; y
(b) con conocimiento participar y tratar de participar en transacciones monetarias en bienes derivados delictivamente de un valor mayor de US$10.000, es decir, las ganancias de la venta y la distribución de sustancias controladas, cuando dicho bien se derivaba de una actividad ilegal especificada, es decir, narcotráfico, en contravención de la sección 1957 del título 18 del Código de los Estados Unidos.
Con conocimiento realizaron y trataron de realizar una transacción financiera, a saber, una transferencia electrónica de aproximadamente $96.000 dólares estadounidenses de un banco en el Distrito de Massachusetts a un banco en la República de Colombia, sabiendo que los bienes involucrados en tales transacciones representaban las ganancias de alguna forma de actividad ilegal especificada, y los cuales de hecho implicaban las ganancias de la actividad ilegal especificada, es decir, narcotráfico, y sabiendo que la transacción estaba diseñada en su totalidad y en parte para ocultar y disimular la índole, la ubicación, la fuente, la titularidad y el control de las ganancias de la actividad ilegal especificada, en contravención de la sección 1956(a) (l) (B) (i) y 2 del título 18 del Código de los Estados Unidos.
RESUMEN
Una investigación de las autoridades del orden público identificó a una organización de lavado de dinero (MLO, por sus siglas en inglés) con sede en Barranquilla, Colombia, la cual, entre aproximadamente el 2016 y marzo de 2022, o alrededor de esas fechas, fue responsable de la repatriación de ganancias de actividades de narcotráfico de lugares a través del mundo a Colombia. Específicamente, la organización MLO aceptaba contratos de narcotraficantes para recoger moneda a granel en distintos lugares, incluso los Estados Unidos, Jamaica, República Dominicana y Canadá. La organización MLO también proporcionaba cuentas bancarias en los Estados Unidos y Canadá a las cuales podían depositarse las ganancias, antes de su repatriación final. La investigación identificó a los acusados como miembros de la organización MLO que operaba en Colombia.
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