Por Héctor Mario Rodríguez
Bogotá.- Desde 2016, cuando la Refinería de Cartagena S.A., Reficar de Ecopetrol, acudió a un tribunal de arbitramento en contra de la texana Chicago Bridge & Iron Co., denunció que la firma de ingeniería y construcción incurrió en fraude, dolo, negligencia grave, abuso de los derechos, auto-negociación, explotación y engaño.
Exigió ante la International Court Of Arbitration de la Cámara de Comercio Internacional el reembolso de dinero, restitución de daños, aseguró que hubo incumplimiento de deberes fiduciarios, violaciones del principio de buena fe y deberes consiguientes, violaciones flagrantes de contrato, y conducta inapropiada para los que se buscó una compensación total y compensación equitativa por US$2.000 millones o más.
Cuando el pasado miércoles Ecopetrol reveló que el laudo salió a su favor – además por “one (1) billion dollars” – que aparece en el comunicado de la petrolera como “más de un billón de dólares a favor de Reficar más los intereses”- en verdad se trata de 1.000 millones de dólares (unos 4.2 billones de pesos colombianos hoy). Përo ese no fue el único error de cálculo (vaya horror), pues la información relevante dice además:
“El Tribunal Arbitral sentenció a CB&I a pagar un billón de dólares (en Ingláes) a favor de Reficar más los intereses causados desde el 31 de diciembre de 2015. Adicionalmente, el tribunal desestimó las pretensiones de CB&I por aproximadamente US$400 millones y ordenó la liquidación de la EPC Contrato, según lo solicitado por Reficar”.
Pues ni lo uno ni lo otro, “del mismo modo en el sentido contrario”, como más o menos dijo en 2008 la señorita Antioquia, Verónica Velásquez. Chicago Bridge & Iron Co. – especializada en proyectos para empresas de petróleo y gas – se hizo desaparecer en 2018 tras fusionarse con McDermott International, que después se declaró en bancarrota y que obviamente no tiene con qué responder y que fue acusada por una treintena de inversionistas, entre ellos poderosos fondos de empleados estadounidenses, por fraude bursátil.
Investigaciones que son conducidas por la Comisión de Valores de Estados Unidos, la famosa SEC, SEC, y un gran jurado federal de Estados Unidos, advierten que McDermott y CB&I (en una especie de concierto para delinquir) tergiversaron la salud financiera de Chicago Bridge & Iron Company, N.V. (CB&I) a los inversionistas para facilitar una fusión riesgosa que culminó en una quiebra bajo el Capítulo 11 de la legislación estadounidense.
ESO QUIERE DECIR QUE “ESA PLATICA SE PERDIÓ”…
A principios del año 2009, Glencore decidió vender su participación en Reficar S. A. a Ecopetrol S. A. y no continuar haciendo parte del proyecto de ampliación y modernización de la Refinería de Cartagena. Sus acciones fueron adquiridas por la sociedad Andean Chemicals Ltd., filial de la empresa petrolera colombiana.
El 17 de noviembre de 2009 a la estadounidense Chicago Bridge & Iron CB&I – óigase bien sin ninguna experiencia en construcción de refinerías, pues hacía centrales eléctricas y sistemas de transporte de combustible – le fue concedido un contrato por US$1.4 billones) para adelantar los trabajos de ingeniería, servicio y construcción de una “nueva Refinería de Cartagena” y terminarlos en 2012.
El presupuesto sufrió múltiples variaciones a lo largo de la ejecución del proyecto en manos de Chicago Bridge & Iron (CBI), ya que para octubre del año 2009 se había fijado en US$3.777 millones +/-10%; luego pasó a US$3.994 millones +/-10% en mayo de 2011.
Un año después, en mayo de 2012 se fijó en US$5.148 millones sin incluir contingencias; para mayo de 2013 habían alcanzado los US$6.902 millones; en noviembre de 2014 superó los US$7.653 millones y, finalmente, en visita realizada a la Refinería en octubre de 2015, se informó un compromiso a septiembre de 2015 de US$7.579.007.341. Palabras más palabra menos, había costado unos US$8.000 millones para la época en que ser desató el escándalo.
El 28 de marzo de 2016 la Refinería de Cartagena S.A. elevó su demanda ante un tribunal de arbitramento bajo las reglas de la CCI (Cámara de Comercio Internacional) contra Chicago Bridge & Iron Company – con sede administrativa en The Woodlands, Texas – por los sobrecostos del proyecto de modernización, pero poquito más de dos años después, CB&I, se “autodesapareció”.
En mayo de 2018, la empresa se fusionó con McDermott International. Lo que es un decir: McDermott International anunció que adquirió CB&I por 6.000 millones de dólares estadounidenses, pero en verdad fue un burdo intercambio de acciones para sacar del ruedo en nombre de CB&I que dejó de cotizar sus acciones en la Bolsa de Nueva York el 11 de mayo de 2018.
McDermott, muy conocida y denunciada por sus incumplimientos y sobrecostos en contratos con la mexicana Pemex, se excusó con una vaga explicación de que tuvo problemas para integrar su adquisición de Chicago Bridge & Iron Co. y en enero de 2020 se declaró en bancarrota del Capítulo 11 debido alegando un litigio por asbesto – que nada que ver – y creó un fondo fiduciario de 22,5 millones de dólares para gestionar esas reclamaciones, que no eran nada con lo que se debía por Reficar.
AL DESCUBIERTO UN CASTILLO DE NAIPES
En noviembre de 2022, una demanda (federal class action) elevada por 41.789 inversionistas ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York en contra de Chicago Bridge & Iron Company N.V. concluyó que fueron defraudados por US$487.422.177.52 en sus inversiones en acciones de CB&I en la Bolsa de Nueva York entre 2013 y 2015.
Al final apenas hubo una recuperación bruta de aproximadamente el 9.03% de lo exigido y una recuperación neta de aproximadamente 5.21% para todo lo reclamado. En resumen: US$44 millones, dice la Corte, pero US$22 millones fueron para los … abogados… no hubo de dónde pagar.
Cuatro fondos de pensionados (uno de la City of Pontiac, otro de la The Nova Scotia Health, el fondo de retiro de los empleados de la Universidad de Puerto Rico y el fondo de empleados públicos de Mississippi, además de cerca de una treintena de inversionistas) entonces enfilaron sus baterías en contra de McDermott International, Inc., que absorbió a CB&I (popularmente conocida en Cartagena “Como Voy Yo”).
Descubrieron que McDermott se quedó corta en su diligencia debida sobre CB&I y se dieron cuenta de masivas pérdidas… “generalizadas en todos sus negocios”. En una operación orquestada y muy medida McDermott registró una pérdida de US$1.9 mil millones el tercer trimestre de 2019, alegaba graves problemas de flujo de caja, cuentas por pagar vencidas, sus proyectos de GNL en Hackberry, LA, y Freeport, Texas, arrojaban pérdidas de miles de millones de US$. La construcción de la nueva sede de McDermott en el Energy Center 5 se detuvo por falta de pago.
Todo ese proceso de desangre sucedió en el periodo de tiempo desde cuando se anunció la fusión con CB&I y finalizó el 17 de septiembre de 2019. Al día siguiente, el 18 de septiembre de 2019 el precio de las acciones de McDermott en la Bolsa de Nueva York se desplomó un 49% en las operaciones matutinas en medio de filtraciones y rumores de que había contratado a una empresa para “recuperarse” y estaba a punto de declararse en quiebra.
Sólo hasta el 21 de enero de 2020, McDermott anunció que se había declarado en bancarrota conforme al Capítulo 11, cancelando todas las acciones ordinarias en Wall Street. Y tuvo que enfrentar una pesadilla de relaciones públicas, la dirección ejecutiva intentó vender activos sin éxito. Una parte de Pipe Fabrication se vendió con pérdidas. La división de tanques heredada de CB&I no se vendió a un precio aceptable.
El caso de quiebra se presentó como una reestructuración preestablecida en la Corte de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Texas e incluyó a la empresa matriz, McDermott International, Inc. y 247 empresas afiliadas.
Los inversionistas iniciaron demandas en contra McDermott y dos de sus ejecutivos: el presidente y chief executive officer David Dickson y en contra del vicepresidente ejecutivo y jefe financiero Stuart Spence por violar la Ley de Bolsa de Valores de 1934 («Sección 10 (b)») y la Regla 10b-5.
Los acusados, dicen los documentos de la Corte, tergiversaron la salud financiera de Chicago Bridge & Iron Company, N.V. (CB&I) a los inversionistas para facilitar una fusión riesgosa entre McDermott y CB&I que garantizó considerables beneficios financieros a Dickson y Spence, lo que resultó desastroso para los accionistas de McDermott, al llevar a la bancarrota a la compañía y lo que condujo a investigaciones en curso de la Comisión de Valores de Estados Unidos SEC y del gran jurado federal.
Luego fue incluido un tercer ejecutivo, el vicepresidente ejecutivo y el director financiero Christopher Krummel, quien reemplazó a Spence. En esencia emitieron al público inversionista informaciones tergiversadas u omitidas para declarar hechos materiales sobre los estados financieros y “en otras palabras, las acciones son todas fraude de valores, reclamos que surgen de un curso común de conducta”.
Y LA CBI COLOMBIANA, EN LIQUIDACIÓN JUDICIAL
Y si por allá llueve, por Colombia no escampa.El 20 de abril de 2022 la Superintendencia de Sociedades decretó la apertura del proceso de liquidación judicial de CBI Colombiana S.A., con sede en Cartagena, la sucursal de CB&I en Colombia, con pérdidas superiores a los 39 mil millones de pesos y sin nadita con qué responder.
Documentos internos de Ecopetrol reconocen que McDermott International Inc., nueva matriz de CB&I, se declaró en insolvencia y anunció que iniciará una
reorganización a instancias del Capítulo 11 de la legislación de Estados Unidos. Ante esta situación, Refinería de Cartagena y asegura que “ha adelantado acciones para proteger sus intereses y cuenta con un grupo de expertos con quienes continuará evaluando otras medidas que pueda adoptar ante esta nueva circunstancia”.
Comet II B.V., sucesora en interés de Chicago Bridge & Iron Company N.V., también demandada por inversionistas en la Corte de Texas, comenzó un proceso de insolvencia bajo el Capítulo 11 de la legislación de los Estados Unidos ante la Corte del Distrito Sur de Texas (Corte).
El 22 de octubre de 2020, Reficar solicitó su reconocimiento como acreedora de CBI Colombiana S.A., hasta por el monto máximo de sus pretensiones en el arbitraje, pero la verdad no tiene ni con qué pagar múltiples demandas y fallos laborales que enfrenta. El 15 de enero de 2021, el liquidador de CBI Colombiana S.A. aceptó la solicitud de Reficar.
Por si faltara algo, este jueves, el nuevo presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, habló sobre el fallo en el Foro Energético de Andeg, y lo cierto es que no tiene ni idea de que “esa platica se perdió”:
“Importante suma de 1.000 millones de dólares, eso no estamos contando los intereses, ya que habrá que mirar el texto definitivo del laudo, son unas 500 páginas que no hemos estudiado, y habría un importante monto en intereses y la no pretensión de los costos que tenía la contraparte en el conflicto, es una excelente noticia para Ecopetrol y la Refinería de Cartagena en términos reputacionales , ya que hubo muchísimas sombras en torno a esto. Es importante el laudo porque reconoce a favor los incumplimientos en la planeación y ejecución de los contratos del EPC hiciera la firma en mención”.
“El siguiente paso primero, pues conocer en detalle el contenido del fallo; segundo, ya en la definición del mismo vamos a tener que hacer una mesa de trabajo con la contraparte a efectuar un plan de pagos y conforme al mismo, estos son recursos que le corresponden a Reficar y obviamente en la consolidación que haga el grupo Ecopetrol con los estados financieros de Reficar, entrará a hacer parte de los activos del grupo Ecopetrol”.
“El tiempo en que será pagado será uno de los temas que vamos a revisar una vez estudiemos en detalle el contenido del laudo, que está sujeto todavía una revisión minuciosa de la redacción y de los números, donde uno de los importantes ahí es el de los intereses, que obviamente habrá que afinar, y una vez se tenga ese detalle se entrará en la negociación, más que negociación es prácticamente en la definición del plan de pago que la contraparte tiene ya obligación de honrar”.
Como dice Maturana: “perder es ganar un poco”… o como dijo la reina, ganar es perder un poco “del mismo modo en el sentido contrario”… en fin… el fraude fue total.
EL DOCUMENTO DE ECOPETROL QUE CONFIRMA QUE YA NO HAY NADA
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