Bogotá.- La tradicional Fábrica de Chocolates Triunfo S.A. (Triunfo) cuenta ahora con capital 100% proveniente de holdings colombianas, pues la sociedad panameña Comercio Universal S.A. concretó la liquidación de la inversión ante el Banco de la República, la cual representaba 52,8% de las acciones en circulación de dicha compañía de golosinas, dejando de ser la sociedad controladora.
De esa manera, firmas nacionales como Gallo Ruiz Hermanos Sociedad Colectiva, con 40,2%, pasaron a tener las acciones en circulación de la empresa manufacturera.
En el 2021, Triunfo igualmente volvió a un nivel de facturación similar al pandemia de la covid-19 ($13.840 millones), al aumentar 60%, contra el 2020, cuando se ubicó en $8.660 millones.
Cabe recordar que en el 2019 (antes del letal brote) los ingresos operacionales de Triunfo sumaron $12.058 millones.
El año pasado la planta de personal de la sociedad se elevó de 162 a 178 personas (49% son mujeres).
En el 2023, la empresa se propone ser la líder en calidad de productos de confites y chocolates de mayor preferencia a nivel nacional.
Adicionalmente, proyecta disminuir 4% la cantidad de devoluciones y garantías, frente al total de servicios prestados anualmente.
La meta de crecimiento anual de las ventas es mínimo del 10%.
Referente industrial
La Fábrica de Chocolates Triunfo fue creada, mediante escritura pública, en junio de 1947.
Inició sus labores en ese mismo año con la fabricación de chocolates y dulces.
Los fundadores ( la familia Gerstenbluth Reines, de origen austríaco) habían incursionado, en 1938, en el mercado como una industria casera.
Sin embargo, sólo a partir de 1947 la empresa comenzó el proceso de industrialización a gran escala, con líneas como chocolates, galletería, dulces, gomas, grageados y otros relacionados con la industria confitera. Triunfo fue la primera fábrica en el país que industrializó y comercializó chupetas duras.
Por la década de los años 70, 75% de su producción se vendió en Europa, Estados Unidos, Centroamérica y Suramérica. Una difícil situación financiera, en 1977, a causa de la adquisición de maquinaria y otros factores, además de diferencias sindicales entre obreros y la administración, desembocaron en 1982 en un concordato.
Hasta entonces quien había dirigido la compañía (Norbert Gerstenbluth) dejó el cargo y lo sucedió Miguel Dajes, ejecutivo que inició conversaciones con los actuales accionistas mayoritarios (la familia Gallo Ruiz).
Tras largas negociaciones con los acreedores financieros y particulares, los Gallo Ruiz lograron adquirir la mayoría de las acreencias y de las acciones, obteniendo así una participación mayoritaria, que implicó de por sí nueva estructura y orientación. Con la premisa de cambio, este grupo de inversionistas logró la fabricación de algunos productos conocidos en el mercado totalmente reformulados, las investigaciones para la entrada de otros con un concepto nuevo y también continuaron con golosinas que no sufrieron modificación alguna.
El proceso para terminar la situación concordataria de Triunfo se extendió hasta 1990, cuando finalmente la firma alcanzó la rehabilitación de las máquinas y equipos y llegó a su reanimación productiva.
Bajo la gerencia general de Juan Pablo Gallo Ruiz, Triunfo opera con una distribución de productos de tipo mixto, es decir, con vendedores propios y también con comercializadores exclusivos en zonas particulares.
La capacidad de producción es de 100 toneladas de producto terminado en chocolate y de 300 toneladas en dulcería (en dos turnos de trabajo diarios).